Estoy condenado a equivocarme siempre, a enamorarme de la persona
equivocada, en el momento equivocado, en circunstancias equivocadas, con
pretensiones equivocadas. Estoy condenado a encontrarme siempre en un punto
desconocido, un estado indescifrable entre el destiempo y la
mediocridad. Estoy condenado a mirar al amor solo en su reflejo inerte, en
los libros, la música, alguna película, arias y duetos de Mozart y Verdi, en esos destellos espontáneos y fugaces de felicidad: la risa de un niño, un rayo de sol
mezclándose entre el azahar de un limonero, la compañía de un perro. Estoy
condenado a sentir, impotente, cómo la marea de la soledad sube por las noches,
en las horas ociosas e inactivas, amenazando con cubrirme y con ahogarme,
incapaz como soy de frenarla ―como nadie puede detener la fuerza de gravedad en las
aguas del océano.
APLASTA LA SEMANA EN UN SOLO DÍA..................
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NO ENTIENDO MUCHAS COSAS.........
Hacer cosas con silencios: las palabras que no le conozco, las que nunca le
he recibido.
Es un hombre sincero...
Hace 8 años
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