Desgracia es una novela. Es, también, una película. Puede ser, pienso, la ejecución de un experimento, la demostración de una tesis doble a propósito de un fenómeno único, a saber, la crisis y la imposibilidad del Romanticismo.
Su crisis, en el mundo contemporáneo.
Su imposibilidad, desde siempre, en la periferia del mundo.
Desgracia, de Coetzee, aquí. Desgracia, de Jacobs, acá.
También allá afuera, en las calles.
Su crisis, en el mundo contemporáneo.
Su imposibilidad, desde siempre, en la periferia del mundo.
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Desgracia, de Coetzee, aquí. Desgracia, de Jacobs, acá.
También allá afuera, en las calles.