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miércoles, 6 de abril de 2011

Para este día

Hace tiempo, en septiembre de 2009, fui con un par de amigos al Foro Sol para ver jugar a los Diablos. Recuerdo la fecha, entre otras razones, porque pocas semanas antes se había celebrado el Mundial de Béisbol en ese mismo parque, competencia en la que el equipo mexicano tuvo un desempeño más bien mediocre a pesar de dos o tres condiciones que parecían, de inicio, favorables para superar al menos la primera ronda de clasificación.

En aquel partido contra los Sultanes, en una de las entradas intermedias en las que la emoción por lo que hacen o dejan de hacer los jugadores ha menguado un poco, le pregunté a uno de mis amigos su opinión sobre el fracaso nacional. México no avanzó, me dijo, porque nadie quería batear sencillos, todos se creían capaces de grandes batazos, de home-runs que dieran la vuelta al marcador, el que bateaba quería convertirse en héroe o salvador.

Hoy recordé el episodio y la explicación en vísperas de la marcha a la que ha convocado Javier Sicilia, especialmente por algunas opiniones contrarias o escépticas a dicha marcha que se resumen en una pregunta que admite muchos complementos: ¿Para qué hacerlo?

Supongo que el rechazo de estas personas se basa en la certeza de que estos gestos son franca y rotundamente inútiles, que si estos actos generan algún impacto, éste es ínfimo e imperceptible en la práctica. Y la verdad es que no se equivocan. Es altamente probable que después de la marcha la situación del país sea más o menos la misma que antes de la marcha.

Sin embargo, quizá esta sea una buena oportunidad para empezar a comprender que los cambios que duran y tocan el origen del problema no son cosa de un día, de un batazo, de una rebelión que levanta en su violencia a los pocos que se retrasan en la superficie. Tal vez esta marcha nos permita entrever las posibilidades del esfuerzo colectivo, sus diferencias positivas frente a esa estéril esperanza en el cambio repentino, milagroso, arrostrado por un solo hombre, que tanto caracteriza nuestro comportamiento político.